
Hoy descubriremos al Esperanto, una de las lenguas más conocidas, pero no por eso más habladas del planeta. Podríamos decir que hablar del Esperanto es hablar de sueños imposibles y de metas incumplidas. ¿Por qué decimos esto? Básicamente, porque el Esperanto nació para ser la lengua compartida por todos los habitantes del planeta. Y, como bien sabemos, ese sueño está muy lejos de cumplirse. Pero, ¿qué es y por qué nació esta lengua tan simbólica para mucha gente?
En las siguientes líneas, descubriremos un poco más sobre el Esperanto, sus orígenes y su evolución en la actualidad. Verás por qué ha sido una lengua prohibida por los regímenes totalitarios del mundo. Descubrirás por qué ha sido bandera ideológica en la historia reciente. Asimismo, veremos cuántos hablantes tiene el Esperanto actualmente.
Ĉu vi pretas malkovri Esperanton? (¿Estás listo para descubrir al Esperanto?)
¡Vamos allá!
¿El Esperanto es una lengua artificial?
La respuesta corta es sí, es una lengua artificial. La razón es bastante simple, el Esperanto no es una lengua creada por la evolución de la comunicación. Es, más bien, un lenguaje creado por una de las mentes más brillantes de la lingüística, el polaco Ludwik Lazarz Zamenhof. Este hombre vivió en plena era de los zares rusos y sufrió los desmanes de la Rusia de los Romanov. Zamenhof creó esta lengua con la pretensión de que fuera una lengua franca universal.
Es decir, una lengua compartida en todos los países del mundo y hablada por todas las personas de la Tierra. La meta más importante de la lengua era convertirse en un idioma auxiliar. O sea, una lengua que se hablase junto a la lengua nativa de cada región. Sin embargo, el elemento más significativo y que la hace una lengua artificial, es precisamente su origen. Veamos por qué.
La diferencia entre una lengua «natural» y una lengua «artificial»
Prácticamente todas las lenguas del mundo se han desarrollado como producto de un proceso evolutivo muy largo. Idiomas como el inglés, el japonés o cualquier lengua romance, se han creado pasando por procesos muy complejos. Procesos sociales, demográficos, geográficos, antropológicos y hasta económicos, «cuecen» a fuego lento una lengua. En algunos casos, estos procesos tienen miles de años de evolución y aún no se consideran como acabados.
Por esta razón, la gran mayoría de los lenguajes naturales se consideran lenguas vivas. Es decir, son idiomas que continúan creciendo y que se van adaptando a los tiempos corrientes. Incorporan nuevas palabras, adoptan modismos y se transforman en vehículos de comunicación de los pueblos. Asimismo, se nutren de las expresiones científicas y artísticas para crear una literatura que puede ser más o menos académica. Dicho de otro modo, cuentan con organismos que las estudian y regulan.
Las lenguas artificiales no son evolutivas
Por otro lado, las lenguas artificiales nacen de un proceso cerrado y en el que no intervienen los propios hablantes. Por lo que, no son lenguas fruto de la evolución de una región o un pueblo en particular. Se crean con una estructura artificialmente creada con el fin de ser un canon y, generalmente, no pueden ser alteradas.
De las lenguas artificiales hablaremos próximamente con más profundidad. Aun así, es importante saber que, aunque pueden tener un trabajo muy profundo, las lenguas artificiales carecen del elemento antropológico. Por ende, son idiomas inconexos a la cultura, desarrollo e historia de sus hablantes.
Adicionalmente, y según los lingüistas, las lenguas construidas se crean mediante dos procesos: a priori y a posteriori. En otras palabras, las lenguas se pueden construir de forma 100% artificial o nacer como el fruto de una mezcla de lenguas. Algunos ejemplos de lenguas artificiales pueden ser el volapük, el quenya (el idioma inventado por J.R.R. Tolkien), el lojban o el klingon. Todas estas han sido creadas por una o varias personas con un fin literario y/o científico para un objetivo bien definido.
Pero, los lenguajes de programación o incluso una partitura musical podrían considerarse lenguas artificiales. Esto no les resta valor o importancia, simplemente, las define. Y, el Esperanto es, sin lugar a dudas, una lengua artificial a posteriori, una lengua producto de la mezcla de lenguas. Y ya verás por qué.

¿Cómo se construyó el Esperanto?
El Esperanto es, a grosso modo, una lengua que nació por la «depuración» gramatical de las lenguas más habladas del mundo del siglo XIX. En otras palabras, una lengua que L. L. Zamenhof ideó como una forma de simplificar el lenguaje. La razón de esto es que Zamenhof pensaba que las reglas gramaticales complicaban y hacían casi imposible la comunicación. Especialmente, entre pueblos con alfabetos y gramáticas diferentes. Por ende, el Esperanto pretendía ser un lenguaje universal. Una lengua comprendida por la gran mayoría de los habitantes del mundo.
Un punto importantísimo al estudiar el origen del Esperanto, es que el mismo L. L. Zamenhof era un políglota consumado. Hablaba con fluidez ruso, inglés, alemán, francés, yiddish, griego y latín. Pero además, tenía nociones básicas del español, italiano y volapük, una lengua artificial del siglo XIX.
Como vemos, Zamenhof era un lingüista muy preparado con un amplio conocimiento de lenguas y su construcción gramatical. Además, era médico y tenía, casi por obligación, que leer en muchos idiomas. Esta puede ser una de las razones para que ideara una lengua que simplificara la expansión del conocimiento. Su profesión y sus conocimientos le dieron a Zamenhof las bases para crear una lengua de una estructura y gramática más sencilla. Veamos cómo.

Las reglas del Esperanto: Lo mejor de cada mundo
Crear al Esperanto le tomó a Zamenhof más de una década de estudio y perfeccionamiento de la estructura de la lengua. Aunque parezca increíble, el mayor obstáculo que tuvo fue la simplificación. Esto se debe a que el objetivo inicial del Esperanto era su fácil aprendizaje y uso. Lo que, en la mente de Zamenhof, haría que pudiese ser un ingrediente de expansión del idioma.
En términos básicos, el Esperanto toma lo mejor de múltiples lenguas. Lo une en un solo idioma cuya principal característica es su fácil construcción. De esta manera:
Una lengua fonética
Es una lengua básicamente fonética, o sea, un idioma en el que cada palabra suena como se escribe. Por lo que, puede ser leída con facilidad sin importar el origen lingüístico del hablante.
Del alfabeto latino con algunos «préstamos»
El alfabeto del Esperanto se basa en el alfabeto latino, o sea el que usan lenguas como el inglés, francés o español. Pero, toma algunos préstamos modales de las lenguas eslavas con el uso de diacríticos como ĉ, ĝ, ĥ, ĵ, ŝ y ŭ. Estos símbolos permiten construir palabras combinando letras y diacríticos.
28 letras, 450 morfemas y 16 reglas gramaticales
El idioma tiene un alfabeto de 28 letras. En este, se suprime el uso de la w, q, x e y. Estas letras se eliminan porque no son comunes a la mayoría de los idiomas y complican la pronunciación. Sólo se usan en los extranjerismos aunque sólo se reconocen como tal a los nombres propios.
Para hablar Esperanto, sólo hay que aprenderse algo más de 450 morfemas y cubrir casi la totalidad del idioma. Si lo comparamos con el inglés o el español, resulta mucho más simple, pues no contiene giros idiomáticos o palabras fuera de la gramática. Los coloquialismos o tecnicismos son giros idiomáticos, palabras «fuera de carta» pero aceptadas por el uso.
Una de las características más interesantes del Esperanto es la simplicidad de su gramática. Sólo 16 reglas rigen al idioma y se basan, en su mayoría, en la construcción de palabras a partir de morfemas y lexemas. Esto hace de la lengua una de las más simples, gramaticalmente hablando.
Es una lengua aislante y aglutinante en simultáneo
Para los lingüistas, el Esperanto es una lengua aislante y aglutinante al mismo tiempo. Vamos a explicarlo mejor, pues esto puede ser un poco confuso. Verá, este idioma toma de otras lenguas la forma más sencilla de construir palabras.
Por ejemplo, toma de lenguas aislantes, como el chino, la capacidad de hacer palabras complejas a partir de la unión de morfemas. Por otro lado, toma de lenguas como el japonés o el suajili, la capacidad de aglutinar. O, lo que es lo mismo, la posibilidad de formar palabras uniendo una raíz y un sufijo. Sólo con añadir el sufijo «o» y «a» podemos formar sustantivos y adjetivos.
Y estas tan solo son algunas de las reglas y características más básicas. Pero nos dan una idea del valor del Esperanto y el por qué de su pretensión de ser una lengua universal. Sus defensores, que suman más de dos millones en el mundo, la clasifican como una de las lenguas de aprendizaje más acelerado. Probablemente te preguntes, ¿el Esperanto se usa actualmente? Ya verás que es una lengua que ha despertado muchas pasiones. Especialmente, entre los dictadores y gobernantes más infames del último siglo.
La historia «atropellada» del Esperanto desde su nacimiento hasta nuestros días
¿Sabes qué tienen en común Hitler, Stalin y Franco? Bueno, además de ser los más infames dictadores del siglo XX. Pues, que ellos, así como las dictaduras más crueles del último siglo, han sido acérrimos enemigos del Esperanto. Todo se debe a una de las características más nobles de esta lengua y es que, para muchos, el Esperanto es el «latín de los obreros». O, al menos, así se consideró por muchos movimientos sociales de nuestro pasado reciente.
Esta lengua, cuyo fin distaba mucho de la política, fue adoptada por muchos movimientos sociales como su bandera común. Los movimientos anarquistas españoles de la primera mitad del siglo XX, así como los movimientos obreros mundiales, lo adoptaron como lengua. En países tan disímiles, políticamente hablando, como Estados Unidos o la Unión Soviética, el Esperanto fue una fuerza aglutinante.
Como una lengua de fácil aprendizaje y uso sencillo, el Esperanto se consideró como una de las formas más eficaces de comunicación. Especialmente, entre los sectores «más desfavorecidos» de la población. Por ende, se consideró por mucho tiempo, más que un idioma, una declaración de intenciones.
¿Puede ser una lengua universal?
A pesar de su tinte político, la propia UNESCO calificó al Esperanto como una de las lenguas auxiliares del mundo. Aun así, no es considerada como lengua oficial en ningún país. Pero, esto no ha detenido a un creciente número de amantes de esta lengua tan fascinante y con una historia tan compleja.
Hoy en día se estima que existe un número indeterminado de hablantes de Esperanto. Se calcula que una cifra que va entre 500.000 y 2.000.000 de personas hablan Esperanto en todo el planeta. Los países y regiones van desde la India y China hasta Europa y Latinoamérica. Cada día, las clases de Esperanto se llenan de personas deseosas de aprender el lenguaje universal de Zamenhof.
El Esperanto y la tecnología
En nuestros días, muchas herramientas online te permiten traducir palabras desde el Esperanto hacía decenas de idiomas. Por ejemplo, en las apps de traducción Talkao, el Esperanto es una de las 125 lenguas que puedes traducir. Podrás conocer en tu idioma cualquier palabra en el traductor escrito Talkao. Pero también, podrás aprender a pronunciarlas en el Talkao Translate.
Asimismo, podrías conocer decenas de significados de palabras en Esperanto en el Diccionario Talkao. En este diccionario podrás encontrar las formas gramaticales, la ortografía y el uso de palabras en más de un centenar de idiomas.
Aprender Esperanto es, según aquellos que lo han hecho, un viaje que sólo se podría describir como fascinante. Es un idioma que evoca la libertad y la unión de los pueblos a través del lenguaje. Al fin y al cabo, es el sueño de algunas de las mentes más idealistas de nuestra historia moderna. Así que…
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