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Cuando hablamos del futuro de la traducción, cuesta imaginar qué más avances podremos lograr. Es decir, ¿no está ya la traducción lo suficientemente tecnificada y suficiente? La cruda realidad es que no. O sea, por supuesto que hay grandes avances en comparación a hace tan sólo una década. Sin embargo, el ritmo frenético de la tecnología nos dice que el futuro de la traducción aún está en borrador.
Sin hacer un ejercicio de ciencia-ficción o un episodio de premonición sin sentido, hoy veremos algunos avances impresionantes. Asimismo, veremos cómo en los laboratorios de tecnología y en las mesas de dibujo, está gran parte del futuro de la traducción.
Algunas de estas innovaciones no están pensadas directamente para la traducción, pero tienen gran aplicabilidad. Por ende, veremos algunos proyectos que nos dejarán boquiabiertos.
¡Prepárate para un viaje hacia un futuro que podría estar en tus manos sólo en cuestión de meses!
El futuro de la traducción ya está aquí: Las gafas con conversión de texto
Hace poco, Kendyl Pool, una niña de 10 años que nació con sordera profunda, protagonizó una historia muy conmovedora. Esta pequeña vino al mundo con una discapacidad auditiva total. Es decir, ella no puede escuchar absolutamente nada de lo que sucede a su alrededor. Desde pequeña, su madre y un gran equipo de terapeutas le enseñaron a Kendyl a comunicarse. Y, para ello, la pequeña aprendió el lenguaje de señas que usan los sordomudos.
Sin embargo, su regalo de cumpleaños fue la mayor sorpresa para esta chiquilla. Su madre le regaló unas gafas innovadoras que pueden convertir el audio en texto. Todo funciona con una tecnología de transcripción de audio a texto y que se muestra en unas lentes especiales. Así, Kendyl puede leer con subtítulos una conversación en tiempo real.
Con estas gafas, Kendyl y las personas con sordera absoluta pueden, no sólo leer lo que los demás dicen. Las gafas permiten corregir sus propias palabras, pues, así como el corrector de texto de tu ordenador, señalan los errores. De este modo, la pequeña, que nunca ha escuchado su propia voz, podrá saber si está pronunciando mal algo y corregirlo de inmediato.
¿Impresionante, verdad? Pues bien, esta tecnología no es futurista porque ya existe. Lo que sí es parte del futuro de la traducción es lo que se puede hacer con ella. Veamos.
Las gafas de conversión de texto, una realidad tangible
Si pensamos en el futuro de la traducción, debemos combinar dos tecnologías que ya existen, pero de forma separada. Vamos a explicarnos mejor. La tecnología de conversión de texto de las lentes de Kendyl, no es nueva y, de hecho, tiene ya varios años en desarrollo. Aun así, lo novedoso es la aceleración en la conversión de audio a texto.
Tan solo un par de años atrás, las gafas de conversión de texto, eran prototipos de ferias de ciencias o parte de proyectos inacabados. No obstante, el desarrollo de los científicos y la siempre inestimable inyección de dinero la han hecho posible. Es decir, gigantescas corporaciones tecnológicas como Apple o Google han invertido millones en el I+D de estas tecnologías.
Todo, afortunadamente, ha llevado a presentar al mundo una tecnología revolucionaria con miles de aplicaciones. Y, una de esas grandes aplicaciones tiene que ver con otra tecnología que irrumpe en el mercado mundial: La realidad aumentada. Veamos por qué.
Realidad aumentada + gafas de conversión de textos… ¡Voilá!
Aplicaciones de alta tecnología como la traducción por realidad aumentada han llegado a grandes avances. Con una combinación de innovaciones, desde un dispositivo móvil se puede identificar los objetos a tu alrededor con gran precisión. La aplicación usa la inteligencia artificial y el aprendizaje automático para retroalimentarse de manera continua.
Por lo tanto, con tan sólo apuntar tu cámara hacia una estancia, la app te dirá como se dice cada objeto en el idioma que lo desees. Pero además, esta tecnología permite convertir en texto conversaciones en otro idioma con gran velocidad.
Y, ¿qué pasaría si se instala una app de traducción por AR a unas gafas de conversión de texto? ¡Boom! El futuro de la traducción. O sea, podrías hablar con un completo desconocido en el idioma que sea y de forma simultánea, leer todo lo que dice en tu propia lengua. Adicionalmente, las gafas te podrían mostrar un texto de tus propias palabras con sugerencias y ayudas de pronunciación.
Hablar con cualquiera en cualquier idioma sin cometer errores
En definitiva, podrías hablar con cualquiera, en cualquier idioma sin interrumpir la conversación por las barreras físicas. No tendrás que mirar tu móvil para hablar en otro idioma y todo con la más absoluta naturalidad. ¿Quien sabe? Esto podría acabar de una vez por todas las fronteras idiomáticas y permitir la comunicación sin otros recursos tecnológicos. Mira algunos adelantos que aún están en fase experimental.
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El chip cerebral: ¿Ciencia ficción? ¿Distopía? o ¿Realidad?
Para algunos es un genio sin precedentes, el Da Vinci del siglo XXI. Para otros, un chiflado egocéntrico con muchas pretensiones y pocas realidades. Sin embargo, nadie puede negar que Elon Musk no pasa desapercibido. Y, muchas veces, sus ideas plantean futuros bastante increíbles. ¿O escalofriantes? Mira una de estas ideas y su aplicación al futuro de la traducción. Después, podrás sacar tus propias conclusiones.
Hace unos meses, Mr. Musk lanzó una idea que causó muchísimas discusiones científicas y éticas. El sudafricano habló de los chips cerebrales como una tecnología en fase experimental. Pero, ¿qué es esto de lo que habla Elon Musk y qué tiene que ver con el futuro de la traducción? Pues, para responder, no queda otra opción que analizarlo.
El chip cerebral y la enorme brecha ética que plantea
Telepathy se llama el proyecto que ha estado ocupando la mente de Elon Musk desde hace unos años. La idea central de este proyecto es implantar un microchip en determinadas áreas del cerebro y «corregir» deficiencias o trastornos. En otras palabras, un chip que podría cambiar la actividad eléctrica del cerebro en ciertas zonas afectadas y permitir su reactivación.
Según los científicos, esta tecnología permitiría, por ejemplo, que una persona cuadripléjica pueda recuperar su función motora. Pero, Musk va un paso más allá.
El chip podría tener infinitas aplicaciones en la modulación de la conducta para, por ejemplo, algunos criminales peligrosos. Podría crear bancos de memoria adicionales para personas con Alzheimer o incluso, podría regular la actividad eléctrica en algunas patologías psiquiátricas. ¿Ves un poco el peligro? Fíjate que dicen los expertos en ética científica.
Como siempre dice James Bond en sus pelis: «Esto podría caer en las manos equivocadas». O sea, que los chips pueden ayudar a caminar a una persona o a vencer el Parkinson. Pero, también, puede usarse como modulador de conducta con otros fines menos loables. Lo cual, supone un riesgo inimaginable. Pero, ética aparte, vamos a ceñirnos a nuestro leitmotiv, el futuro de la traducción.
«Un chip de idiomas» como quien cambia los ajustes del móvil
El chip cerebral de Musk, por encima de toda la discusión ético-científica que plantea, puede ser clave en el futuro de la traducción. ¿Te imaginas que puedas cambiar de idioma sólo con presionar un par de botones? Es decir, ¿que pudieras ser políglota a voluntad?
¡Esto lo cambiaría todo!
Podrías cambiar de inglés a francés cuando hagas un viaje a París. O, cambiar tu idioma al yue cuando vayas a hacer un negocio con un chino cantonés. Cómo quien cambia los ajustes del móvil, podrías cambiar tu capacidad de hablar, leer y escribir con sólo hacer una configuración de tu chip.
¿Esto podría ser una realidad en el futuro de la traducción? Es posible que para lograr esto pasen muchos años… ¿O que salga al mercado la próxima semana? ¿Quien sabe? Pero, lo cierto es que estas innovaciones están sobre la mesa y podrían llegar a concretarse en un futuro no muy lejano.
Pero, sin soñar demasiado en un futuro de la traducción tan profundo, ¿en qué nivel estamos hoy en día? Es decir, ¿cuán avanzada está la tecnología de la traducción actual? Fíjate en los mayores avances, disponibles y aplicables hoy mismo si así lo quieres.
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El presente fue el futuro de la traducción hace tan solo un par de años
¡Si, lo sabemos! Suena un poco a trabalenguas de Marty McFly en Regreso al Futuro. Pero, es que es algo muy cierto. Lo que es para nosotros una realidad cotidiana, era un sueño imposible hace muy poco. Piensa por ejemplo en los coches autólogos. ¿Le creerías a alguien que te lo hubiera contado en tu niñez? Probablemente no.
Hoy en día, las innovaciones que ya están en uso y pueden abrir el camino al futuro de la traducción de maneras increíbles. Mira sólo algunas de las innovaciones tecnológicas que han transformado la traducción en nuestros días.
La inteligencia artificial y el machine learning
De la IA aplicada a la traducción, hemos hablado antes. Pero, no por eso deja de ser una tecnología que no para de sorprendernos. La inteligencia artificial toma tres grandes procesos que, hasta ahora, sólo estaban reservados para los humanos: La capacidad de memoria, el procesamiento y el autoaprendizaje.
Dicho de otro modo, hasta hace muy poco, sólo los humanos teníamos la capacidad de pensar. Pensar como la consecuencia de un proceso cognitivo que se sirve de un banco de recuerdos y aprendidos con la adaptación a una situación. Vamos a ampliarlo con un ejemplo para comprender un concepto que puede ser confuso.
Los seres humanos podemos, ante una determinada situación, usar nuestra memoria para comparar una situación desconocida con algo conocido. Así, nuestro cerebro puede tomar un recuerdo vivido o aprendido y tratar de aplicarlo como respuesta.
A su vez, si existen fallos o errores, el cerebro toma esta experiencia y la almacena para una próxima oportunidad. En resumen, aprende con las experiencias positivas y negativas. Pues bien, la tecnología ha logrado trasladar esa capacidad a una serie de equipos con una híper capacidad de procesamiento y memoria.
El funcionamiento de la IA en la traducción
Como vemos, se ha logrado que una serie de máquinas almacenen grandes bancos de memoria de forma interconectada. A su vez, estas máquinas tienen la capacidad de rebuscar entre esos datos para aplicarlos en determinadas situaciones de forma autónoma. Pero, y he aquí lo más impresionante, esas mismas máquinas pueden aprender de experiencias y almacenar estos «recuerdos» para usarse posteriormente.
La IA se vale de un super procesador y una base de datos monstruosa para desarrollar lo que se conoce como ML o machine learning. Esta capacidad de auto-aprender se aplica a la traducción de forma increíble.
De forma optimizada, las apps de traducción modernas se van alimentando de forma progresiva de cada usuario. Pueden identificar errores y las búsquedas más repetidas para mejorar su eficacia con el uso. Al mismo tiempo, pueden personalizar su funcionamiento para transformarse en un «traje a la medida» para cada usuario. Por ende, mejoran, se hacen más rápidas y comenten menos errores con cada uso.
La traducción multilingüe, el OCR y la AR
Hemos visto como la AR o realidad aumentada es un presente más que un futuro de la traducción. En la actualidad, cualquier persona puede usar la app de realidad aumentada Talkao y traducir su entorno. Asimismo, puede «subtitular» conversaciones de manera inmediata.
Toda esta tecnología se ha multiplicado con la traducción multilingüe. Con una misma app, un usuario puede traducir en varios idiomas de forma cada vez más sencilla. Sin embargo, una de las tecnologías más impresionantes es el OCR o reconocimiento óptico de caracteres.
Aplicaciones como el traductor cámara Talkao puede «leer» cualquier imagen y extraer caracteres de texto. En fracciones de segundo, puede reconocer estos caracteres e identificar a qué idioma pertenecen. Prácticamente en tiempo real, la app puede devolver una imagen traducida en más de 125 idiomas sin importar el alfabeto o la ubicación del texto.
Todo esto nos da claros indicios que el futuro de la traducción es un lienzo en blanco dónde cualquier cosa puede pasar. Prueba de ello son las apps actuales que eran, hasta hace unos años, cosas increíbles y hasta fantásticas.
¿Qué nos deparará el futuro de la traducción? No lo sabemos, pero sí estamos seguros que nos asombrará.