
Hoy veremos algunas curiosidades lingüísticas que nos dejarán boquiabiertos. Veremos, una a una, cómo los políglotas deben atravesar muchas cosas antes de dominar un idioma. Además, nos adentraremos en un mundo fascinante, de descubrimiento y de pequeños detalles idiomáticos que solemos pasar por alto. Aprenderemos un poco más sobre el lenguaje como una forma de ver el mundo que va más allá de la ortografía o la gramática.
Verás, línea a línea, que los idiomas representan un símbolo de identidad cultural, un punto de anclaje y una seña social innegable. A través de las curiosidades lingüísticas que veremos, descubriremos cosas que hacemos diariamente y no notamos. Será un viaje por una serie de elementos que tienen en común todas las lenguas del mundo. Por último, revelaremos cómo el idioma puede ser un punto de conexión con los demás; una pequeña amalgama que nos conecta con personas desconocidas. ¿Listos para empezar?… ¡Vamos allá!
La primera de las curiosidades lingüísticas: Hay idiomas sin tiempos verbales
Vamos a analizar la primera de las curiosidades lingüísticas. Descubriremos que hay lenguas que no conciben el tiempo como un elemento lineal. ¿Qué tiene de curioso esto? Básicamente, que los hablantes de estos idiomas no tienen la misma percepción del pasado, presente y futuro que tenemos los demás. Es decir, para estas personas, el tiempo no existe como una referencia existencial sino, más bien, como una cosa insignificante. Esta es una de las mayores curiosidades lingüísticas a las que te enfrentarás en el aprendizaje de nuevas lenguas.
Fíjate en lo siguiente. Una de las primeras cosas que aprendes en la mayoría de idiomas es a conjugar los verbos en pasado, presente o futuro. Sin embargo, no todos los idiomas piensan en el tiempo como tú. El chino mandarín, por ejemplo, no tiene tiempos verbales como los que conocemos. En lugar de eso, utiliza partículas o el contexto para expresar si algo ocurrió antes o después. Esto supone un reto para quienes vienen de lenguas indoeuropeas donde la conjugación es fundamental.
Lenguas asiáticas y algunas africanas
Pero el mandarín no es, ni de lejos, la única lengua sin tiempos verbales. En el continente asiático, muchos idiomas carecen de elementos gramaticales temporales. Los verbos expresan acciones en presente y muchos de ellos ni siquiera tienen conjugaciones temporales. Asimismo, no usan adverbios de tiempo y el gerundio no tiene cabida.
El vietnamita o el indonesio tienen estas curiosidades lingüísticas de forma aún más intensa que el mandarín. Por otro lado, y muy lejos de Asia, algunas lenguas africanas tampoco tienen temporalidad. Idiomas como el suajili carecen de partículas de tiempo y en su lugar, usan auxiliares. ¿Quiere decir que un chino o un indonesio no miden el tiempo? ¡Nada que ver! Sólo que no expresan el ayer o el mañana como lo hace un inglés o un español.
Otra de las curiosidades lingüísticas: El idioma con más palabras del mundo
Es posible que ahora te estés rebanando los sesos aprendiendo cientos de palabras para enriquecer tu vocabulario. Si estás en una academia de idiomas, habrás notado el hincapié que hacen para que aprendas vocabulario. Sin duda, esta es una de las tareas que los profesores de idiomas consideran más importantes. Pero, ¿Sabías que el inglés es considerado el idioma con más palabras?
¡Sí! De acuerdo al Oxford English Dictionary, la lengua de «su majestad» tiene más de 600.000 términos registrados. Aunque, la verdad sea dicha, no todos se usan a diario. Pero, ¿por qué el inglés tiene tantos términos si no se usan? Esto se debe a una de las mayores curiosidades lingüísticas del inglés: Su capacidad para absorber vocabulario de otros idiomas.
A lo largo de los siglos, la expansión del Imperio Británico llevó a los ingleses por los 5 continentes. Allí aprendieron a comunicarse con personas de diferentes lenguas y culturas. Muchas de las palabras que usaban los colonos, rápidamente se añadieron a la lengua base. Por eso, cuando aprendes inglés, estás abriendo la puerta a una herencia lingüística global.
El español, el francés y el portugués también tienen lo suyo
Si crees que aprender inglés y su vocabulario es complejo, no creas que es el único idioma nutrido. El portugués tiene más o menos unas 450.000 palabras que debes dominar. Por su parte, el francés tiene cerca de 100.000 términos. Y, el diccionario de la Real Academia Española, tiene algo así como 150.000 palabras.
¿Ves el elemento común entre el inglés, francés, portugués y español? ¿No? Ya lo verás. Estos cuatro idiomas se corresponden con los imperios más grandes de los últimos 5 siglos. La expansión europea de finales del siglo XVI llevó buques ingleses, franceses, españoles y portugueses por el mundo. En cada puerto, los colonos debían comunicarse con los nativos y, a falta de una palabra ideal, muchos adoptaron términos locales.
Así, en un proceso evolutivo de siglos, los idiomas fueron enriqueciéndose y creciendo.

¿El español como lengua segregante?
He aquí una de las mayores curiosidades lingüísticas. A diferencia del inglés o el francés, el español es el único idioma que diferencia los términos. En español existen los llamados «americanismos», es decir, términos que no pertenecen a la raíz castellana, al idioma «original». Por eso, si pretendes aprender español, notarás que existen sutiles, pero a su vez, marcadas diferencias entre España y Latinoamérica. El español peninsular, o de España, se diferencia del que podrías aprender en México, Argentina o cualquier país de América. Por ende, es como si aprendieras dos idiomas en uno solo. Algo muy curioso que no pasa en otras lenguas que han adoptado los términos sin hacer esa diferenciación. Aún hoy en día, la RAE hace estas diferencias como una forma de preservar la identidad originaria del idioma. Sin duda, una de las mayores curiosidades lingüísticas del mundo.
El idioma con más consonantes y vocales
La lengua indígena ¡Xóõ, hablada en Botsuana, ostenta el récord de tener el mayor número de consonantes. Esta lengua tiene más de 80 consonantes. Un contraste claro con lenguas como las alfabéticas que suelen tener un promedio de 20 consonantes. Pero ahí no termina la cosa.
Esta lengua, el ¡Xóõ, tiene una variedad de vocales tan amplia que resulta inabarcable para muchos no nativos. Su sistema fonético incluye clics, tonos y otros sonidos extremadamente complejos. Aprender este idioma es un verdadero reto fonético.
Adicionalmente, muchos de los sonidos fonéticos del ¡Xóõ tienen inflexiones imposibles de hacer sin entrenamiento. Chasquidos de la lengua o interacciones lengua-laringe, que no son comunes para los no nativos. Por lo que, si te quejas que no puedes pronunciar la «ñ» en español, la «ç» portuguesa o el «th» en inglés, piensalo dos veces.
El silbo gomero: un idioma silbado
En la isla de La Gomera, en las Islas Canarias, existe una modalidad del español conocida como silbo gomero. Es una de las curiosidades lingüísticas más peculiares. Esta modalidad del español transforma el lenguaje hablado en silbidos capaces de recorrer largas distancias. Este sistema ha sido reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Aunque hoy se enseña en las escuelas locales, muy pocos logran dominarlo. Es un ejemplo fascinante de cómo el ser humano adapta el lenguaje al entorno.
Un idioma que se transformó en curiosidad cultural
Otro ejemplo que debes conocer antes de embarcarte en las lenguas es el tirolés. Esta mezcla de alemán, italiano y francés, suele usar falsetes muy agudos para perseguir el mismo fin que el silbo gomero. Comunicarse entre las escarpadas laderas alpinas era tan complicado que aprendieron a hacerlo con eficacia. Aunque hoy está circunscrito a esta región, seguramente has escuchado el «orelílu» del tirolés.
Existen idiomas que distinguen lo que tú no puedes ver
En algunas lenguas indígenas de Australia, como el guugu yimithirr, no se utilizan términos como «izquierda» o «derecha». En cambio, todo se expresa en base a puntos cardinales: norte, sur, este y oeste. Esto significa que debes tener una orientación espacial constante. ¡Literalmente no puedes decir dónde está algo sin saber dónde está el norte!
Este tipo de estructura moldea cómo los hablantes perciben el mundo. Y es una de las curiosidades lingüísticas que se enlaza con la percepción temporal que vimos antes. Cómo ves, cosas que consideras como obvias, no siempre lo son en todos lados. ¿A qué te es imposible decir ahora mismo dónde está el oeste o el sur?
Idiomas con escritura vertical u original
La forma en la que lees y escribes, es una de las curiosidades lingüísticas más «curiosas». Aunque la mayoría de los idiomas modernos se escriben de izquierda a derecha, existen excepciones interesantes. Esto no sólo transforma la manera de leer un libro o escribir una nota, es mucho más profundo que eso. Es, en términos de conducción, cómo acostumbrarte a conducir por la izquierda o por la derecha.
El árabe y el hebreo se escriben y se leen de derecha a izquierda. Si compras un libro en alguno de estos idiomas, te parecerá que está del revés. Mientras tanto, el chino tradicional, en su forma clásica, puede escribirse de arriba abajo. Más o menos, lo mismo sucede con el japonés tradicional.
Por otro lado, lenguas como el mongol tradicional usan escritura vertical de arriba abajo pero con columnas de izquierda a derecha. Estas variaciones muestran cómo la cultura influye directamente en la forma en que se plasma el lenguaje.
Palabras intraducibles con gran profundidad cultural
Este es un tema muy interesante al que dedicaremos un post completo próximamente. Verás, existen palabras que no pueden traducirse, o al menos, sin que algo «se pierda por el camino». Seguramente, en tu aprendizaje de idiomas seguro que te has topado con palabras que no tienen una traducción exacta.
¿A qué se debe esto? Hay muchas explicaciones, aunque la más común es que reflejan sentimientos, elementos o experiencias muy locales. Cosas que no se repiten de la misma forma en otras latitudes. Mira algunas de las palabras únicas que no tienen traducción:
- Saudade (portugués): Esta expresión denota una melancolía nostálgica por algo o alguien que ya no está. No es igual decir que tienes Saudade a decir que extrañas a alguien. Es una mezcla de tristeza, añoranza, morriña y decepción, todo en uno.
- Wabi-sabi (japonés): No, no es la pasta verde de rábano que acompaña al sushi. Wabi-sabi es una apreciación estética por lo imperfecto y transitorio.
- Tingo (rapa nui): Quiere decir tomar prestado objetos de un amigo hasta que no le queda nada. No es robar, no es prestar, es simplemente «Tingo».
Estas palabras revelan la riqueza emocional y filosófica que ciertos idiomas pueden encapsular en un solo término.
Curiosidades lingüísticas modernas: Idiomas artificiales que han alcanzado popularidad
Hemos hablado de esto, de las lenguas artificiales como el Esperanto. Verás, no todos los idiomas son fruto de una evolución natural de los pueblos. El esperanto, creado por L. L. Zamenhof en el siglo XIX, fue diseñado como lengua auxiliar internacional. Aunque nunca llegó a convertirse en un idioma global, cuenta hoy con miles de hablantes y hasta nativos, y es considerado el idioma artificial más exitoso de la historia.
Otro ejemplo moderno es el klingon. Este idioma fue creado específicamente para la serie Star Trek, un fenómeno cultural con millones de seguidores. El klingon es tan importante para los «trekkies» que incluso cuenta con una academia que certifica hablantes.
Idiomas como el esperanto y el klingon no son las únicas lenguas artificiales. El código Morse, el volapük o el quenya, son también lenguas no evolutivas. Una clara muestra que el idioma no es, necesariamente, un hecho antropológico de lenta evolución. Si tienes hijos adolescentes, sabrás muy bien lo complejo que puede ser la comunicación y dominar los nuevos códigos lingüísticos.
El multilingüismo en el cerebro humano
Los científicos especialistas en neurociencia han demostrado que los políglotas desarrollan mayor densidad de materia gris. Muy especialmente, en las regiones del cerebro responsables del control ejecutivo y la memoria. No obstante, aprender varios idiomas no solo mejora tu capacidad de comunicación, sino que también tiene beneficios cognitivos, como retrasar la aparición del Alzheimer y aumentar la capacidad de concentración. Así, cuantos más idiomas aprendes, más entrenas tu mente.
Dado esto, muchos expertos, consideran que el aprendizaje de una tercera lengua es «más fácil». Esto no quiere decir que la nueva lengua que aprendes sea más sencilla o menos compleja. Lo que pasa es que tu cerebro despierta nuevas conexiones que sólo se activan con el idioma. Y, por esta razón, cada nuevo idioma se aprende de forma más rápida y con menos esfuerzo. ¿Sabes lo mejor? Llega un momento en el que aprender un idioma es cuestión de meses y no de años. Una de las mejores curiosidades lingüísticas del aprendizaje de idiomas.
El lenguaje cambia más rápido de lo que crees
Quizás te sorprenda saber que el español que hablamos hoy es muy diferente al de hace apenas 100 años. Mientras hay palabras que caen en desuso, nuevas palabras entran al idioma, especialmente desde otros idiomas como el inglés. Aunque también, los neologismos juegan un rol importante. Las redes sociales, la globalización y los cambios sociales aceleran esta transformación. Por eso, ser políglota implica también mantenerse actualizado, no solo con gramática, sino con la evolución cultural del lenguaje.
Aun así, hay idiomas más abiertos, flexibles y ágiles. El español, gracias en gran parte a la RAE, es uno de los idiomas que se adapta de forma más lenta a la modernidad. «La preservación de la lengua» imprime lentitud a la agilización del español. Unos señores muy mayores, muy literatos y muy intelectuales, son una especie de «custodios de la lengua», lo que retrasa su dinamismo. Por otro lado, estos guardianes han sido garantía del mantenimiento prístino de la lengua por siglos. Cada quien tiene una opinión diferente sobre el papel de la RAE en la lengua. Lo que nos lleva a un tema muy interesante…

¿Aprender de forma académica o «de la calle»? He ahí el dilema
Como vemos, el español tiene sus propios custodios: La RAE. Estas curiosidades lingüísticas no son exclusivas de la lengua de Cervantes. Idiomas como el francés tienen una academia similar, mientras que otras van «más libres». ¿Cuál es la mejor opción? No hay un consenso. Hay quien dice que estas instituciones restringen la modernización de la lengua. Pero otros afirman que la lengua debe cuidarse como un bien inmaterial.
Esto trae una vieja duda: ¿Debo aprender un idioma en una academia formal o aprender el «lenguaje de la calle»? Si has hecho un programa de inmersión, sabrás muy bien de lo que hablamos. Muchas veces, lo aprendido en el salón de clase dista mucho de lo que te encuentras en la próxima esquina.
¿La mejor opción?
Combinar ambas visiones. Aprender la forma correcta, gramática y ortografía en el aula y luego, practicar en un entorno cotidiano. Esto te permitirá usar la lengua de acuerdo al contexto en el que te encuentres. Por supuesto, no hablarás con un amigo de la misma forma en la que harás una presentación formal o académica.
Independientemente de tu elección, usar las herramientas de traducción Talkao serán tus mejores aliados. Con las apps de traducción de voz, traducción de textos y con IA, podrás practicar más de 125 idiomas de forma académica e informal. Una forma de aprender idiomas práctica, fácil y adaptable a cualquier entorno. Sin duda alguna, un recurso inestimable en tus viajes, en las clases o en tu día a día.
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